Varias cadenas de misiones fueron extraidas en el PTR 5.1: Hoy vamos a echar un vistazo a una cadena epica para Brujos vinculada al Consejo de la Cosecha Oscura.
Basado en
El códice de Xerrath, ha habido un montón de especulaciones de que en algún momento de MoP, los Brujos podrían alterar la apariencia de sus hechizos para que aparezca una sombra verde. Cuando esto se encontró en el datamining durante la beta de MoP, Blizzard comunicó a través de un post azul que tenían dificultades técnicas para permitir a los jugadores la opción de cambiar entre lo hechizos coloreados en verde y las habilidades normales, y que querían implementarlo más tarde — con un aspecto más épico.
Con esta nueva cadena de misiones, el fuego verde podría ser una realidad en 5.1. Esta es la causa por la que la evidencia es más convincente:
: Entrega el códice a un entrenador de Brujos en la capital de tu ciudad. El nombre de este libro comparte nombre con el hechizo The name of this book shares a name with spell
, que dice «Corrompe todos tus hechizos de fuego de brujo, inbuyendolos con magia» y parece aplicar un aura a muchas habilidades de brujo.
Como nota al margen, los desarrolladores están teniendo claramente mucha diversión con el tooltip de este hechizo — en versiones anteriores incluyeron «transforma a color malva tus hechizos de fuego» y «transforma el color de tus hechizos de brujo en un arcoíris. También invocan Unicornios.»
Aquí puedes leer todo sobre las misiones en esta cadena, evento único para brujos en Templo Oscuro, y detalles sobre el Consejo de la Cosecha Oscura.
: La serie de misiones comienza leyendo un libro cerca de los entrenadores de Brujos en Ventormenta y Orgrimmar que explican los eventos recientes del Consejo de la Cosecha Oscura. Hemos copiado el texto del libro más abajo en el Blog. Como recompensa, obtendrás una copia permanente en la carta:
: Ha corrido la voz de que el Consejo de la Cosecha Oscura se ha convertido en un poder bastante grande, y que estás tratando de convencerlos para que se unan a tu facción y ayudar en el conflicto Alianza/Horda haciendo estragos en Pandaria.
: Ambas facciones corren contra reloj, y parece que alguien en el lado opuesto tiene información valiosa acerca del Consejo de la Cosecha Negra. Debes darles caza y recuperar la correspondencia.
y usa las pistas para localizar los cuatro fragmentos de piedra de alma. Al hacer clic sobre estas piedras de alma te dan un mayor conocimiento de las memorias de Jubeka.
: Sigue el camino de Kanrethad y Jubeka al Templo Oscuro. En este punto, parece que los Warlocks entran en una versión especial del Templo Oscuro y completan el evento «Persecución de la cosecha negra», que se describe en la próxima sección.
Legado de los Maestros (primera parte), un libro que apareció en beta en Ventormenta y Orgrimmar, da algunos antecedentes sobre la creación del concilio de la cosecha negra y sus intenciones detrás de las investigaciones del templo oscuro. Con las altas tensiones a través de tantas facciones, el consejo de brujos quería asegurarse de que su orden tenía el poder suficiente para resistir las tensiones políticas y finalmente reinar.
Estas páginas contienen la historia de los seis maestros instructores de brujos que descubrieron los secretos de las fuerzas más destructivas que han amenazado Azeroth.
Esta extraña alianza resultó en la nueva magia que fue liberada a todas las sectas de brujos tras el Cataclismo.
Tras el Cataclismo, la creciente tensión entre la Horda y la Alianza empujó a los grandes héroes de Azeroth a entrenarse para guerra. Los guerreros izaron sus estandartes de guerra, los caballeros de la Muerte de Acherus aprendieron a controlar a los no-muertos y hasta se rumorea que los magos descubrieron cómo retroceder en el tiempo.
Las noticias de estas nuevas amenazas han llevado a los brujos a tomar cartas en el asunto. Un pequeño consejo de seis miembros reunidos en la sombra debate cómo garantizar la supremacía de su orden. Tras varias noches de discusiones, el brujo humano Kanrethad habló:
«La implacable oscuridad que inundaba Azeroth ha sido repelida. Cho’gall está muerto y los restos del Martillo Crepuscular se han dispersado. Ragnaros ha sido derrotado y sus ejércitos se han retirado a las Tierras de Fuego. Alamuerte y sus dracos Crepusculares han sido destruidos. Sin embargo, resulta difícil olvidar los poderes que gobernaban… poderes ahora a nuestro alcance».
«Entre nosotros hay varios que se han enfrentado directamente a su poder», dijo apuntando a una figura encapuchada al otro lado de la habitación. Una risa profunda y siniestra resonó en la habitación mientras la capucha estallaba en llamas y dejaba a la vista al encantador orco, Ritssyn.
«Es verdad, piel pálida, yo estaba allí cuando cayó el Señor del Fuego. No podéis ni imaginar la intensidad de su llama». El resplandor de los ojos de Ritssyn arrojaba sombras espeluznantes sobre su cara quemada y su boca llena de colmillos.
«No es verdad», dijo una voz femenina desde el otro lado de la mesa. Era Shinfel, una elfa de sangre adornada con púas de elementium Crepuscular. «Nadie conoce el horror hasta que no es prisionero en su propia mente». La sangre de Shinfel se corrompió durante la batalla con Cho’gall y la corrupción que emanaba de su piel le había provocado unas marcas negras en los brazos. La experiencia solo había servido para aumentar la intensidad de su sadismo.
Shinfel continuó: «Hasta las llamas del Señor del Fuego fueron eclipsadas por el caos desatado por el Destructor.» Se detuvo un momento y observó a un huargen que permanecía en un inquietante silencio. Zinnin estaba presente cuando Alamuerte fue destruido y no había dicho una sola palabra desde entonces. Zinnin frunció el ceño y luego gruñó a Ritssyn.
Kanrethad se levantó de la mesa y cogió aire profundamente. «Por eso estamos aquí. No os tengo cariño a ninguno pero todos hemos sido testigos de muestras de un poder superior. ¡Imaginad la furia del magma de las Tierras de Fuego y el caos imparable de Alamuerte! ¡Ni los poderes de la Legión Ardiente podrán hacer nada contra nuestras llamas!»
Ritssyn se subió encima de la mesa y rió: «¿Y quién va a hacerlo?, ¿tú?», dijo.»No lo creo. No se te ha visto en ninguna batalla desde el asedio contra El Templo Oscuro. Si no fuera porque has compartido los secretos de la transformación de Illidan con este consejo, te mataría solo por haberte atrevido a invocarme.»
Kanrethad frunció los labios durante un segundo, pero se relajó y continuó: «No. El alcance de esta tarea excede la capacidad de cualquier miembro presente. Propongo que este consejo se divida en parejas. Ritssyn y Zinnin llevarán a un grupo a Sulfuras; Shinfel y Zelfrax perseguirán a los miembros restantes del Culto del Martillo Crepuscular y… los convencerán para que compartan lo que han aprendido.»
Un gnomo con marcas en la cara aplaudía con alegría. Kanrethad continuó: «Volveremos… dentro de un año y llevaremos los resultados de nuestras expediciones a nuestras propias sectas, con más poder del que habríamos conseguido solos».
Ritssyn frunció el ceño al ver la codicia oculta en las palabras del humano bailar en las caras del consejo. «¿Y qué evitará que no matemos a nuestro compañero mientras duerme una vez que hayamos triunfado?»
Kanrethad arqueó la ceja y gruñó: «Lo hará el juramento de que si algún miembro de este consejo rompe el contrato y no vuelve o vuelve solo, los demás acabarán con él y desterrarán su alma para siempre. Triunfaremos juntos o moriremos solos».
Tras el Cataclismo, la creciente tensión entre la Horda y la Alianza empujó a los grandes héroes de Azeroth a entrenarse para guerra. Los guerreros izaron sus estandartes de guerra, los caballeros de la Muerte de Acherus aprendieron a controlar a los no-muertos y hasta se rumorea que los magos descubrieron cómo retroceder en el tiempo.
Las noticias de estas nuevas amenazas han llevado a los brujos a tomar cartas en el asunto. Un pequeño consejo de seis miembros reunidos en la sombra debate cómo garantizar la supremacía de su orden. Tras varias noches de discusiones, el brujo humano Kanrethad habló:
«La implacable oscuridad que inundaba Azeroth ha sido repelida. Cho’gall está muerto y los restos del Martillo Crepuscular se han dispersado. Ragnaros ha sido derrotado y sus ejércitos se han retirado a las Tierras de Fuego. Alamuerte y sus dracos Crepusculares han sido destruidos. Sin embargo, resulta difícil olvidar los poderes que gobernaban… poderes ahora a nuestro alcance».
«Entre nosotros hay varios que se han enfrentado directamente a su poder», dijo apuntando a una figura encapuchada al otro lado de la habitación. Una risa profunda y siniestra resonó en la habitación mientras la capucha estallaba en llamas y dejaba a la vista al encantador orco, Ritssyn.
«Es verdad, piel pálida, yo estaba allí cuando cayó el Señor del Fuego. No podéis ni imaginar la intensidad de su llama». El resplandor de los ojos de Ritssyn arrojaba sombras espeluznantes sobre su cara quemada y su boca llena de colmillos.
«No es verdad», dijo una voz femenina desde el otro lado de la mesa. Era Shinfel, una elfa de sangre adornada con púas de elementium Crepuscular. «Nadie conoce el horror hasta que no es prisionero en su propia mente». La sangre de Shinfel se corrompió durante la batalla con Cho’gall y la corrupción que emanaba de su piel le había provocado unas marcas negras en los brazos. La experiencia solo había servido para aumentar la intensidad de su sadismo.
Shinfel continuó: «Hasta las llamas del Señor del Fuego fueron eclipsadas por el caos desatado por el Destructor.» Se detuvo un momento y observó a un huargen que permanecía en un inquietante silencio. Zinnin estaba presente cuando Alamuerte fue destruido y no había dicho una sola palabra desde entonces. Zinnin frunció el ceño y luego gruñó a Ritssyn.
Kanrethad se levantó de la mesa y cogió aire profundamente. «Por eso estamos aquí. No os tengo cariño a ninguno pero todos hemos sido testigos de muestras de un poder superior. ¡Imaginad la furia del magma de las Tierras de Fuego y el caos imparable de Alamuerte! ¡Ni los poderes de la Legión Ardiente podrán hacer nada contra nuestras llamas!»
Ritssyn se subió encima de la mesa y rió: «¿Y quién va a hacerlo?, ¿tú?», dijo.»No lo creo. No se te ha visto en ninguna batalla desde el asedio contra El Templo Oscuro. Si no fuera porque has compartido los secretos de la transformación de Illidan con este consejo, te mataría solo por haberte atrevido a invocarme.»
Kanrethad frunció los labios durante un segundo, pero se relajó y continuó: «No. El alcance de esta tarea excede la capacidad de cualquier miembro presente. Propongo que este consejo se divida en parejas. Ritssyn y Zinnin llevarán a un grupo a Sulfuras; Shinfel y Zelfrax perseguirán a los miembros restantes del Culto del Martillo Crepuscular y… los convencerán para que compartan lo que han aprendido.»
Un gnomo con marcas en la cara aplaudía con alegría. Kanrethad continuó: «Volveremos… dentro de un año y llevaremos los resultados de nuestras expediciones a nuestras propias sectas, con más poder del que habríamos conseguido solos».
Ritssyn frunció el ceño al ver la codicia oculta en las palabras del humano bailar en las caras del consejo. «¿Y qué evitará que no matemos a nuestro compañero mientras duerme una vez que hayamos triunfado?»
Kanrethad arqueó la ceja y gruñó: «Lo hará el juramento de que si algún miembro de este consejo rompe el contrato y no vuelve o vuelve solo, los demás acabarán con él y desterrarán su alma para siempre. Triunfaremos juntos o moriremos solos».
Ritssyn sabía que no había vuelta atrás. Declinar era una condena a muerte y Kanrethad ya se había ocupado de eso. Podía vencer al humano con una sola mano, ¿pero enfrentarse a los cinco? No. Ahora no… Pero después de aprender los secretos del Destructor que tenía Zinnin…
«Está bien. Participaré en tu estúpido encargo, pero antes debo saber dónde vais a ir tú y ese miserable Renegado, Jubeka.»
«¿Yo?,» dijo Kanrethad con una sonrisa malvada. «Voy a volver… a Terrallende»
Ruta completa hacia el artículo: Guias WoW » Clases » Brujos » Cadena de misiones épica para Brujos vinculada al Consejo de la Cosecha Oscura