Conoce la Historia: Mannoroth el Destructor

Mannoroth

Desde que comenzó la expansión de Warlords of Draenor hemos tenido que revivir la historia que ya conocíamos pero en una línea temporal distinta. Por este motivo no podemos estar seguros de lo que pasará; lo que si podemos hacer, es repasar la historia y recordar quienes son los personajes que estamos volviendo a encontrar.

Hablamos de los grandes males del universo Warcraft, de su Kil’jaeden y su Archimonde, su Sargeras y sus dioses antiguos. Hablamos de los monstruos mortales como Gul’dan, muy posiblemente el ser mortal más malvado que haya vivido nunca.

Nuestro personaje de hoy usa el mal como conducto de corrupción, lo corroe un mal tan profundo que es parte de su sangre, que puede filtrarse en toda una raza; presentamos a  Mannoroth el Destructor, rey de los Señores del Foso.

Mannoroth el Destructor

Mannoroth pertenece a una especie de enormes y poderosos demonios reclutados para servir a la Legión Ardiente por el propio Kil’jaeden. Cuando Archimonde fue puesto al mando de los Señores del Foso, se fijó en el talento de Mannoroth como brutal guerrero sanguinario, y lo nombró su segundo al mando.

Mannoroth ayudó a conquistar varios mundos para la Legión Ardiente y su primer contacto con Azeroth fue durante la Guerra de los Ancestros.

Mannoroth formaba parte del regimiento de demonios de la Legión que llegó a través del portal para ayudar a que despejar el camino a Azeroth para Sargeras. Él sólo se bastó para masacrar a las fuerzas de los Kaldorei que trataban de preservar sus vidas.

Tras demostrar su brutal ferocidad en la lucha, finalmente fue derrotado por Cenarius y sus seguidores  y enviado de nuevo al Vacío Abisal, con la destrucción del Pozo de la Eternidad.

Ese fracaso no parece haber afectado la posición de Mannoroth entre la Legión Ardiente puesto que permaneció como segundo de Archimonde en el mando, la cabeza de los señores del foso.

Cuando Kil’jaeden preparaba la segunda invasión de la Legión Ardiente a Azeroth, envió a Mannoroth a Draenor para reunirse con Gul’dan. Éste se encargó de reunir a los jefes de los clanes de la Horda orca en la montaña conocida hoy en Terrallende como el Trono de Kil’jaeden y todos excepto el clan de Durotan, bebieron de la sangre de Mannoroth; cayendo presos de la maldición de la sed de sangre.

A pesar del poder adquirido por los orcos, en última instancia, fallaron a  la Legión. Cuando Gul’dan abrió un portal a Azeroth y la Horda comenzó su invasión, tuvieron varios éxitos contra los reinos humanos, pero al final fueron rechazados.  Muchos de ellos acabaron capturados e ingresados en campos de internamiento. Los que lograron escapar se refugiaron de nuevo en Draenor y algunos lograron sobrevivir en Azeroth sin ser apresados. Tras estos acontecimientos Ner’zhul  intentó abrir portales a otros mundos utilizando la calavera de Gul’dan y otros artefactos, con lo que desgarró Draenor, dando como resultado la tierra destrozada de Terrallende. Los orcos habían fracasado, y por extensión, Mannoroth había vuelto a fracasar.

La Tercera Guerra, era una invasión demoníaca escalada de Azeroth, esencialmente en venganza por la derrota de la Legión en el Pozo de la Eternidad tanto tiempo atrás, durante la Guerra de los Ancestros. Pero con el fracaso de los orcos para conquistar en el mundo de Azeroth, la Legión se volvió hacia un nuevo instrumento, el Rey Exánime y su Plaga. Como resultado, Mannoroth se sintió doblemente humillado y estaba decidido a recuperar a los orcos que él consideraba su propiedad debido a la maldición de la sangre que había ejercido sobre ellos.

Tichondrius, Señor del Terror que manejó a la Plaga, se aseguró de burlarse y atormentar a Mannoroth siempre que pudo por el fracaso de los orcos. Precisamente por las burlas de sus semejantes, Mannoroth persiguió a los orcos buscando recuperar o destruir su propiedad. Sin embargo, descubrió que los orcos lo habían abandonado en favor de Thrall, el nuevo líder de la Horda.

Mannoroth y Tichondrius, siguieron a Thrall a través del mar hacia Kalimdor. Una vez allí, Mannoroth sintió la presencia de Cenarius, preocupado por el semidiós, buscó la manera de que no pudiera estropear sus planes.

Advirtiendo que Grommash Grito Infernal se encontraba entre los orcos de Kalimdor, y recordando sus ansias de poder, Mannoroth derramó su sangre en un pozo, para que los orcos bebieran de ella. Su plan efectivamente funcionó, Grommash y todo su clan bebieron de sus aguas.

De nuevo llenos de sed de sangre los orcos se enfrentaron a  Cenarius, siendo el propio Grommash el que acabase con su vida.

Mannoroth, ahora controla completamente a Grommash y al clan Grito Infernal. Está claro que Mannoroth saboreó la ironía de esto. Grito Infernal, el orco conocido como el Señor de la Guerra de la Voluntad de hierro, era ahora su marioneta.

Sin embargo, Thrall logró capturar a Grommash y junto con Cairne Pezuña de Sangre y Jaina Valiente, lo liberó de nuevo de la maldición de la sangre. Mannoroth estaba disgustado por perder su » mascota » favorita pero no se dio por vencido. Todo lo que tenía que hacer era acabar con Thrall.

Mannoroth eligió para atraer a Thrall y Grommash a un cráter creado por los infernales, donde se enfrentó a los dos orcos.

Thrall se enfrentó al señor del foso, centrando toda su fuerza en el lanzamiento de su poderoso martillo maldito, a lo que Mannoroth respondió estrellando al jefe de guerra contra un muro dejándolo inconsciente. Mannoroth afirmó que Grommash nunca podría ser liberado de la maldición de la sangre mientras él viviese. Recordemos que para entonces había vivido más de 10.000 años.

Grommash no lo aceptó, en lugar de eso optó por matar al Destructor, Mannorth rey de los señores del foso y morir en el intento si fuese necesario. Enloquecido, asestó un salvaje golpe clavando su hacha en el pecho del señor del foso. Una explosión de la energía vil emergió del pecho de Mannorth antes de morir, dejando a Grommahs también herido de muerte.

Warlords of Draenor

Toda la trama de los señores de la guerra de Draenor gira en torno al viaje de Garrosh Grito Infernal a un Draenor donde nunca nació, para evitar que su Horda se convierta en esclava de la Legión Ardiente. Advierte al Grommash Grito Infernal de este mundo de no beber la sangre de Mannoroth y en la cinemática de presentación vemos como Mannoroth muere a manos de Grommash, aunque en esta ocasión él es salvado por Garrosh.

¿Qué pasa con el cuerpo de este Mannoroth?¿La Horda Hierro sabiamente lo habrá destruido? O por el contrario, seguros de poder evitar la corrupción, tratan de canalizar su poder haciendo uso de sus restos.

Sólo el futuro parche 6.2 nos traerá la respuesta, pero ya sabemos que volveremos a ver a Mannoroth como doceavo jefe de la Ciudadela del fuego Infernal. Recordemos que nadie que se haya topado con la sangre de Mannoroth hasta el momento ha salido bien parado.


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