El Trono Helado (también conocido como Cámara del Trono o Cámara del Trono del Rey Lich) fue el receptáculo del alma del Anciano Chamán Ner’zhul (gran líder de la Horda Vil en Draenor) durante su transformación en el temido Rey Lich. Arthas escaló el camino hasta llegar al Trono en su búsqueda del Rey Lich. Después de que devastara la cima del Trono, los restos que hoy perduran hacen del trono físico actual del nuevo Rey Lich, creado a causa de la fusión de las almas de Ner’zhul y Arthas.
El Rey Lich se sienta sobre el Trono Helado en la parte mas profunda de la fisura, en el interior de la Ciudadela de Corona de Hielo. Cuatro Obeliscos de piedra con runas talladas de un gran poder mágico rodean al Trono Helado. Rayos de energía azul pálido translúcidos crepitan desde las plataformas de los obeliscos hasta el propio Trono Helado. Chorros de escarcha periódicamente vomitan llamas azules en el aire, runas grabadas en el suelo de roca rodean al Trono Helado. Cualquiera que entre en el Trono Helado, a riesgo sufrir el aliento del Rey Lich, debe activar los cuatro obeliscos. El Trono Helado es el corazón de La Plaga y el asiento personal del propio Rey Lich. Este trono son los restos de un bloque de hielo que trajo en su interior a Ner’zhul a Azeroth, el mismo bloque que lo retuvo prisionero hasta la llegada de Arthas.
Del manual de Warcraft III:
Cuando Kil’jaeden encerró y mandó a Ner’zhul al mundo de Azeroth, el endurecido cristal atravesó el nocturno cielo y se estrelló en el desolado continente ártico de Rasganorte, enterrándose a mucha profundidad en el glaciar de Corona de Hielo. El cristal helado se deformó y se agrietó en su violento descenso, cambiando al aspecto de un trono, con el agitado espíritu de Ner’zhul en su interior. Desde los límites del Trono Helado, Ner’zhul comenzó a investigar las conciencias y a tocar las mentes de los nativos de Rasganorte.
Cuando Kil’jaeden encerró y mandó a Ner’zhul al mundo de Azeroth, el endurecido cristal atravesó el nocturno cielo y se estrelló en el desolado continente ártico de Rasganorte, enterrándose a mucha profundidad en el glaciar de Corona de Hielo. El cristal helado se deformó y se agrietó en su violento descenso, cambiando al aspecto de un trono, con el agitado espíritu de Ner’zhul en su interior. Desde los límites del Trono Helado, Ner’zhul comenzó a investigar las conciencias y a tocar las mentes de los nativos de Rasganorte.
(Intro de Wrath of the Lich King donde se puede observar a Arthas, el Rey Lich, sentado en el Trono Helado)
El término “Trono Helado” literalmente se aplica a este cristal, con el tamaño aproximado de un Tauren con armadura completa. Kil’jaeden fabricó el original con hielo del Vacío Abisal (el que era gigante –probablemente del tamaño de un castillo) para alojar al alma de Ner’zhul (ahora el Rey Lich). La dura reentrada en el espacio aéreo de Azeroth y el impacto con el glaciar redujeron su tamaño.
Illidan Stormrage fue increpado por Kil’jaeden para que terminase con el, y para este fin recuperó el Ojo de Sargeras (objeto de gran poder que perteneció al titán oscuro Sargeras, amo de la Legión Ardiente, enemigo infinito del Panteón, destructor de toda vida.) y lo llevó a Dalaran. Illidan y sus hechiceros usaron el Ojo, combinado con la energía mágica natural de Dalaran, para crear devastadores terremotos que destruyeran Corona de Hielo y el Trono Helado. La intervención de su hermano Malfurion, su ex carcelera Maiev Shadowsong, y el Principe Kael’thas consiguió detenerlo y ponerlo en fuga.
Kil’jaeden ordenó un segundo intento, en este caso Illidan, junto con los ahora sirvientes Elfos de Sangre y Lady Vashj (lugarteniente de la propia Reina Azshara)con sus Nagasm invadió Corona de Hielo para poder destrozar el Trono con sus propias manos.
Illidan falló de nuevo, y Arthas destrozó el Trono –liberando el espíritu de Ner’zhul y fusionandose con su cuerpo, dando lugar al Rey Lich. “Trono Helado” ahora vienen a significar los restos del cristal en el que Arthas se sienta fisicamente hablando, como su trono actual.
Illidan falló de nuevo, y Arthas destrozó el Trono –liberando el espíritu de Ner’zhul y fusionandose con su cuerpo, dando lugar al Rey Lich. “Trono Helado” ahora vienen a significar los restos del cristal en el que Arthas se sienta fisicamente hablando, como su trono actual.