La historia de Kel’Thuzad

Si os fijáis, todos los conjuntos de Tier 9 llevan el nombre propio de alguien perteneciente al lore de World of Warcraft. Vamos a comenzar por el conjunto de Brujo de la Alianza, en concreto la historia de Kel’Thuzad.

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Kel’Thuzad ha sido uno de los principales agentes del Rey Lich y es responsable de expandir la plaga por todo Lordaeron. Tras ser derrotado por Arthas durante la Tercera Guerra, resurgió como Lich después de que sus restos fueran depositados en La Fuente del Sol por… el mismo que acabó con su vida: Arthas, después de su transformación en Caballero de la Muerte.

Kel’Thuzad ayudó a Arthas en la invocación de Archimonde el Corruptor, comandante de la Legión Ardiente. No obstante, Kel’Thuzad sirve a los deseos del Rey Lich y no de la Legión Ardiente.

Durante los sucesos que ocurren en The Frozen Throne, Arthas deja a Kel’Thuzad en Lordaeron para comandar las fuerzas de la Plaga. Este Lich, uno de los principaels comandantes de Arthas, lidera las huestes de la Plaga desde Naxxramas, su Necrópolis. Aunque una vez reposara sobre las Tierras de la Peste, sobre Stratholme, Naxxramas se ha colocado sobre el Cementerio de Dragones en Rasganorte para servir los deseos del Rey Lich.

Durante el corto periodo antes de la Segunda Guerra, Kel’Thuzad fue un miembro del Concilio de los Seis, la más alta instancia en el Kirin Tor, los maestros de Dalaran. De estos seis maestros, Kel’Thuzad fue el miembro más entusiasta por conseguir acceso a la Librería del Guardían, la fuente de conocimiento que Medivh atesoraba en su torre de Karazhan. También fue el que más enfureció cuando esta biblioteca se perdió.

Tras la muerte de Medivh, Kel’Thuzad y otros oficiales del Kirin Tor cuestionaron al aprendiz de Medivh, Khadgar, sobre lo que había ocurrido; Kel’Thuzad estaba particularmente interesado en descubrir más sobre la misteriosa Orden de Tirisfal que rodeaba al misterioso guardián Medivh.

La llamada del Rey Lich

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Algunas personas poderosas, dispersadas por el mundo, oyeron la llamada mental del Rey Lich desde Rasganorte. Sin duda el más notable fue el Archimago Kel’Thuzad de la mágica ciudad de Dalaran. El joven Archimago había sido uno de los oficiales del Kirin Tor, los gobernantes de Dalaran, y siempre fue considerado como un revolucionario debido a su insitencia en el estudio de las prohibidas artes de la nigromancia.

Fue conducido a aprender todo lo que pudiera sobre el mundo mágico y sus oscuros secretos pero pronto se frustró. Una vez que escuchó la poderosa llamada desde Rasganorte, el Archimago centró todos sus esfuerzos en comunicarse con la misteriosa voz. Convencido de que el Kirin Tor era demasiado prudente como para aprovechar el poder y conocimientos inherentes a las artes oscuras, se prometió a si mismo aprender todo lo que pudiera sobre el inmenso poder que residía con el nombre de Rey Lich.

Abandonando su gran fortuna y prestigio político, Kel’Thuzad abandonó la senda del Kirin Tor y abandonó Dalaran para siempre. Empujado por la insistente voz en su mente, vendió todas sus posesiones para viajar en solitario tanto por mar como por tierra para alcanzar la helada costa de Rasganorte.

Su intención era alcanzar Corona de Hielo para ofrecer sus servicios al Rey Lich. El archimago atravesó las ruinas de Azjol Nerub y pronto quedó impresionado por el alcance y la ferocidad del poder de Ner’zhul y empezó a creer que aliarse con el misterioso Rey Lich no solo sería acertado si no que además sería muy provechoso.
Después de largos meses de viaje sobre las áridas y árticas tierras baldías de Rasganorte, Kel’Thuzad alcanzó finalmente el glaciar de Corona de Hielo. Avanzó valientemente hacia la oscura ciudadela de Ner’zhul y quedó realmente pasmado cuando los silenciosos guardianes no-muerto le permitieron pasar.

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El Archimago descendió a las profundidades de la fría tierra alcanzando el fondo del glaciar. Dentro de la caverna de hielo y sombras, Kel’Thuzad se postró ante el Trono Helado y ofreció su alma al Oscuro Señor de la Muerte.

El Rey Lich estaba muy contento con su último recluta. Le prometió a Kel’Thuzad inmortalidad e inmenso poder a cambio de su lealtad y obediencia. Kel’Thuzad, ávido de oscuros conocimientos y opder, aceptó su primera gran misión: introducirse en el mundo de los hombres y fundar una nueva religión que adorara al Rey Lich como Dios.

Para ayudar al Archimago en su misión, Ner’zhul dejó la humanidad de Kel’Thuzad intacta. El mago, que aunque ya avanzado en años seguía siendo carismático, recibió órdenes de usar sus poderes de ilusión y persuasión para engatusar a las masas oprimidas y privadas de voto de Lordaeron para que creyeran en él. Una vez que tuviera su atención, les ofrecería una nueva visión de lo que la sociedad debería ser y una nueva figura a la que llamar rey.

Culto de los Malditos

Kel’Thuzad volvió a Lordaeron disfrazado y, durante 3 años, usó su fortuna e inteligencia para reclutar hombres y mujeres y crear una hermandad. Esta hermandad, conocida como el Culto de los Malditos, prometía a sus acólitos una igualdad social y una vida eterna a cambio de servicios y obediencia a Ner’zhul.

Conforme pasaban los meses, el agente del Rey Lich encontró muchos voluntarios entusiastas para su nuevo culto entre los campesinos cansados en Lordaeron. Kel’Thuzad quedó muy sorprendido por la facilidad con la que los ciudadanos abandonaban la fé en la Luz Sagrada y abrazaban la oscura sombra de Ner’Zhul. A la vez que el Culto de los Malditos crecía en tamayo e influencia, Kel’Thuzad se aseguraba de mantener su trabajo en secreto para las autoridades de Lordaeron.

Compendio de los Caídos

Con el gran éxito de Kel’Thuzad en Lordaeron, el Rey Lich hizo los preparativos finales para asaltar la civilización humana. Colocaron las energías de la Plaga en un número de artefactos portables conocidos como Calderos de la Plaga que Ner’zhul ordenó a Kel’Thuzad transportar a Lordaeron donde serían ocultados por varios cultores.
Estos calderos actuarían como generadores de plaga esparciendo su poder sobre las granjas y ciudades del norte de Lordaeron.

Los planes del Rey Lich funcioanron a la perfección y muchos ciudadanos de las villas septentrionales de Lordaeron fueron contaminadas casi al instante. Al igual que en Rasganorte, los ciudadanos que eran infectados, morían y resurgían como esclavos del Rey Lich. Los cultores de Kel’Thuzad ansiaban la muerte para poder resurgir al servicio de su Señor Oscuro.

Conforme la plaga iba expandiéndose, el norte de Lordaeron iba poblándose de zombies brutales y sin cerebro. Kel’Thuzad nombró al creciente ejército del Rey Lich como Plaga, que sería la encargada de barrer la humanidad de la faz de Azeroth.

La Guerra de los No-muertos

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Kel’Thuzad, bajo las órdenes del Rey Lich, supervisó la infección del pequeño poblado de Brill donde fue descubierto por Jaina y el Príncipe Arthas. Huyó pero fue perseguido hasta Andhoral donde habló a Arthas de Mal’ganis en Stratholme.

Arthas, ya fuera de sí, acabó con Kel’Thuzad. Arthas no sabía lo poco que significaría su muerte, todo acababa de comenzar.

Después de que Arthas viajara a Rasganorte y derrotara a Mal’ganis con Agonía de Escarcha, volvió a Lordaeron y traicionó su reino convirtiéndose en un sirviente del Rey Lich.
Kel’Thuzad empezó a aparecérsele como una aparición fantasmal tras su protector, Gavinrad. En las apariciones, Kel’Thuzad le decía a Arthas que no confiara en los Señores del Terror, explicándole que eran los carceleros del Rey Lich y prometió explicarle a Arthas todos los planes del Rey Lich una vez volviera a caminar sobre la tierra en Quel’Thalas.

Kel’Thuzad vigiló a Arthas mientras realizaba su lento avance hacia la Fuente del Sol en Lunargenta contra las huestes de Sylvanas Brisaveloz. Arthas arrasó las 2 puertas élficas asediando Lunargenta abriéndose paso hacia la Fuente del Sol.

Una vez allí, colocó los restos de Kel’Thuzad en la fuente y, con la ayuda de Tichondrius, Kel’Thuzad renación con la terrorífica forma de un Lich.

Mientras viajaban hacia Alterac, Kel’Thuzad le explicó a Arthas que la plaga fue la precursora de la Legión Ardiente y que él debería invocar al Comandante de los Demonios, el Brujo Eredar Archimonde al mundo mortal. Después de acabar con los orcos que guardaban la Puerta Demoníaca, el lich contactó con el Señor Oscuro. Archimonde le dijo que debía viajar a Dalaran y robar el Libro de Medivh.

Contacto con Archimonde

Después de que Arthas comandara el ataque contra Dalaran y asesinara a Antonidas, el libro del guardián fue recuperado y Kel’Thuzad comenzó el largo proceso de invocación mientras Arthas lo defendía de los atacantes de Dalaran y el Kirin Tor. Cuando el ritual fue completado, Archimonde atravesó el portal y comenzó a actuar según sus planes. Su primer acto fue el de ascender a Tichondrius como comandante de la Plaga, relegando a Arthas y Kel’Thuzad a un segundo plano. No obstante Kel’Thuzad, confiado en los grandes designios del Rey Lich, desapareció entre el caos y la destrucción de Dalaran. Tenía otros planes…

Tras la Guerra

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Kel’Thuzad resurgió tras los disturbios de la invasión y permaneció en la Capital como uno de los Tenientes del Rey Lich. Arthas había partido a Kalimdor bajo las órdenes de Ner’zhul para buscar al cazador de demonios, Illidan, dejando sólo a Kel’Thuzad y Sylvanas Brisaveloz en su lugar. Sin embargo, ambos sabían que la Legión había sido derrotada mucho antes de que los Señores del Terror fueran derrotados.

Arthas regresó encolerizado y buscó a los señores del Terror para acabar con ellos. Una vez que los generales de la Legión se hubieron marchado, volvieron a los pueblos humanos que escapaban a los pasos de las montañas. Kel’Thuzad pensó que, quizás, podrían ser un sacrificio aceptable para el Rey Lich. Mientras atravesaban las fuerzas humanas, Arthas sufrió algunos ataques violentos y Kel’Thuzad consideró llamar a sus fuerzas para retirarse pero Arthas se lo impidió y continuaron con su macabra misión.

Durante la contienda, Arthas recibió una visión de Ner’zhul que le ordenaba regresar a Rasganorte. El Lich preparó inmediatamente su marcha pero fueron presa de una emboscada de los Señores del Terror y fueron separados. Las huestes de los señores del Terror arremetieron contra Arthas.

Kel’Thuzad logró llegar a tiempo para sacar a Arthas de las garras de Sylvanas y sus Banshees. Estaba apunto de atacar cuando Kel’Thuzad desató sus fuerzas contra ella y sus hermanas. Muertas las banshees, Sylvanas fue obligada a retroceder. Fue entonces cuando Arthas fue escoltado a la costa por Kel’Thuzad donde prepararon una flota de barcos para su viaje. Arthas pidió a Kel’Thuzad y a su mejor sirviente y amigo que permanecieran en Lordaeron para asegurarse de que su legado permanecía. Kel’Thuzad juró por lo poco que le quedaba de vida que completaría esa misión pasara lo que pasara.

En las sucesivas batallas entre Sylvanas y los Señores del Terror, Kel’Thuzad ocultó sus fuerzas preparando su resurgimiento en los nuevos poderes de las Tierras de la Peste. Se estableció en la Necrópolis de Naxxramas flotando sobre estas tierras.

La caida de Naxxramas

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Aunque Kel’Thuzad ha sido derrotado por grupos de aguerridos y valientes aventureros, su alma permanece en la filactería que forma parte de su cuerpo. Si la filactería fuera destruida con él, Kel’Thuzad sería derrotado para siempre pero algunas cosas no ocurren como deberían.

Comandante Eligor Albar: «El Lich, Kel’Thuzad. El Sirve al Rey Lich sin cuestión alguna, un nigromante de gran destreza en vida, se convirtió en un maestro de la nigromancia tras su muerte. Se dice que es el sirviente más leal del Rey Lich. Kel’Thuzad a superado pruebas que deberían haber destrozado las almas de incluso los más grandes de la Hermandad. Perdió su vida bajo la mano de Arthas para volver después en el poder de la Fuente del Sol.
En las Tierras de la Peste, Kel’Thuzad fue derrotado nuevamente por los agentes del Alba Argenta. No obstante, su filactería se llevó a un falso agente de la Hermandad. Aun tenemos que descubrir quién robó su filactería o por qué.
«

Naxxramas, ahora ubicada en el Cementerio de Dragones, sirve una vez más de morada para Kel’Thuzad. El Padre Montoy, encargado de recoger la filactería, no la entregó al Alba Argenta permitiendo a Kel’Thuzad recuperar su forma corpórea.

Se rumorea que Montoy fue recompensado por sus esfuerzos y ahora está convertido en Lich conocido como Thel’zan el Portador del Ocaso que se esconde en un Mausoleo bajo la Fortaleza de Hibergarde, actualmente bajo asedio por Naxxramas, en el Cementerio de Dragones.

Curiosidades

  • Kel’Thuzad fue un hechicero en Warcraft y se cambió a nigromante en World of Warcraft
  • El Tier 9 de Brujo recibe su nombre a pesar de que es un Mago convertido en Nigromante
  • Se puede ver a Kel’Thuzad en su forma humana durante la mazmorra de las Cavernas del Tiempo: Huida de Durnholde
  • Toda la historia de su vuelo desde Dalaran y su posterior encuentro en Corona de Hielo donde encuentra a Anub’arak se cuenta en la corta historia: «The Road to Damnation»

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