La historia de Sylvanas Brisaveloz

La General-Forestal Lunargenta, Sylvanas Brisaveloz fue asesinada por el Caballero de la Muerte Arthas, trayendola de nuevo a la vida como no-muerta. Después de recuperar el control sobre sí misma se rebeló contra El Rey Exánime y la Plaga y se convirtió en la líder de la facción de no-muertos renegados, que más tarde se aliaron con la Horda. Ella misma se ha proclamado  la Dama Oscura, Reina de los Olvidados (o Renegados, como son denominados ahora en el WoW) una ampliación de su título original, “la Reina Banshee”.

Como líder de los Renegados y de la Horda en los Reinos del Este, Sylvanas es un genio militar. La hermana mediana de Alleria y Vereesa Brisaveloz, ella fue General-Forestal del reino alto elfo de Quel’Thalas. Luchó valientemente contra Arthas cuando invadió Quel’Thalas, pero durante la caída de Lunargenta, Arthas la resucitó como su esbirro, como parte de una especie de venganza. Cuando el Rey Exánime debilitó su soberanía sobre sus esbirros, Sylvanas, entre otros no-muertos, recuperó su libertad y dirigió sus fuerzas en contra de los Señores del Terror que se habían apoderados de Lordaeron,  confirmó su soberanía sobre los no-muertos liberados al asesinar a dos de los Nathrezim y doblegando al tercero, Varimathras, a su voluntad. Ella renombró a los no-muertos que recuperaron la voluntad como “Los renegados» y se declaró su reina.

Bajo el Liderazgo de Sylvanas, los Renegados han logrado no sólo defenderse de la Plaga, sino también de la Cruzada Escarlata. Ella tiene grandes aptitudes en los campos del Liderazgo, Estrategia militar y sobre todo en el Arco. También es experta en el uso de la magia demoníaca, tiene la capacidad de drenar la vida, puede levantar en vida a esqueletos y el domina el arte del control mental. Se dice de Sylvanas que es la mejor arquera en Azeroth, ella aseguró que podía dar en el ojo a un pájaro en pleno vuelo. Ella porta el Arco Largo del Caminante del Sol, que una vez perteneció a Dath’Remar Caminante del Sol, que se lo regaló a Sylvanas cuando se convirtió en General-Forestal.

Biografía

General-Forestal de Lunargenta

Sylvanas era miembro de la prominente familia alta elfa de los Brisaveloz. Sus hermanas fueron Alleria, Vereesa y se cree que tiene al menos otros dos hermanos. Su familia vivía en Aguja Brisaveloz, en los tranquilos bosques de Quel’Thalas. Sylvanas se unió a los Forestales y se convirtió en su líder, llegando al puesto de General-Forestal de Lunargenta, líder de todas las fuerzas militares de los Altos Elfos.

La Segunda Guerra

Durante la Segunda Guerra, los Altos Elfos enviaron inicialmente un apoyo simbólico a la Alianza, la hermana mayor de Sylvanas, Alleria, tomó el control de su pelotón de Forestales. Poco después los preciosos bosques de Quel’Thalas empezaron a arder misteriosamente. Sylvanas y su forestales se propusieron descubrir la causa cuando se encontró con sus dos hermanas perseguidas por un grupo de Trols del Bosque, con los que acabó rápidamente. Fue Alleria quien alertó a Sylvanas de la Horda orca y que ellos fueron los que quemaron el bosque con el fuego de un dragón. Sylvanas fue al encuentro de la Horda y atraparles entre ellos mismos y las fuerzas de la Alianza bajo el mando del paladín Turalyon. La batalla duró bastante tiempo, pero finalmente la Horda abandonó completamente Quel’Thalas. Sylvanas quedó a alerta y preparada para la caza en caso de que se encontrase cualquier rastro de orcos. Poco después, la Horda fue derrotada, el Portal Oscuro destruido, y terminó la Segunda Guerra.

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Invasión de la Plaga de No-muertos

Después de que los Altos Elfos desertasen de la Alianza, Sylvanas y su Forestales, fueron los principales protectores contra los atacantes de Lunargenta. A pesar de los escasos ataques de los Trols del bosque, algún múrloc, o gnoll de vez en cuando, Sylvanas vio poca acción, y la paz y tranquilidad se apoderaron de los bosques elficos. Se quedó, sin embargo, siempre vigilante, a sabiendas de que esta paz, aún que reconfortante, no podría durar siempre.

Sus temores, se hicieron realidad pronto, cuando Arthas, el traidor de Lordaeron, llegó inesperadamente a la puerta de Quel’Thalas con una horda de no muertos a sus espaldas. Él comenzó a atacar las aldeas más alejadas e inmediatamente, Sylvanas y su cuerpo de  Forestales hicieron frente a Arthas, pero la superioridad numérica de las fuerzas de los no-muertos y sus inagotables fuerzas, la mantenían a raya.

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Arthas continuó sin descanso hacia la Puerta Elfica, matando a todos los elfos que se interpusiera en su camino. Pese a los esfuerzos de Sylvanas, las Puerta Elfica exterior cayó. Sylvanas ordenó proteger las puerta élfica interior, que solo era posible abrir por medio del uso de la clave de las “Tres Lunas”, que se encontraban en los Cristales Lunares ocultos dentro del Bosque. Sylvanas destruyó el puente que conducía  a la Puerta Interior para poder entorpecer los avances de la hueste de no-muertos. A pesar de sus valientes esfuerzos, Arthas logró reunir la Llave de las Tres Lunas y destruyó la Puerta Elfica Interior, ya nada se interponía en su camino a Lunargenta.

Sylvanas reunió a sus tropas restantes y fue a avisar a Lunargenta, pero Arthas le bloqueó el paso y fue asesinando a todos los mensajeros que intentaron pasar. Sylvanas continuó la resistencia, pero con el tiempo, Sylvanas tuvo que luchar directamente contra Arthas. Los dos lucharon entre sí, y Sylvanas recibió un golpe mortal. Lor’themar Theron asumió el liderazgo temporal después de la muerte de la General-Forestal.

La Banshee sin mente

La historia oficial dada por los altos elfos de Lunargenta dice que la General-Forestal pereció en la batalla y su cuerpo se redució a cenizas en el incendio que devastó la mitad de la capital.

La verdadera historia era muy diferente, Sylvanas no murió, pero si fue capturada. Apenas aferrándose a un hilo de vida, Sylvanas Brisaveloz fue llevada ante Arthas  en uno de los bastiones de la plaga. Ella suplicó a Arthas por una muerte limpia, pero Arthas tenia pensado otra cosa muy diferente para su final, pues tuvo que luchar a cada paso del camino. Fue torturada, mutilada y finalmente, el propio Arthas la asesinó por puro placer. Profanó su espíritu, corrompiendo su cuerpo y alma, y la trajo de vuelta en forma de torbellino de tormento y odio. Así, Sylvanas Brisaveloz se convirtió en una esclava total y completa del Rey Exánime. En su no-muerte, ella ayudó a Arthas en su asalto contra su amada Lunargenta, con el fin de asegurar el control de la Plaga sobre la Fuente del Sol. Su cuerpo mutilado fue sellado en un ataúd de hierro por Arthas, con el fin de llevar más lejos la tortura de la Forestal.

sylvanas_banshee

Sylvanas se convirtió en uno de los principales generales de Arthas, y ella se quedó en Lordaeron con Kel’Thuzad bajo la atenta mirada de los señores del terror, a quienes habían dejado en Lordaeron para protegerlo en nombre de la legión Ardiente. Cuando Archimonde fue derrotado en la Batalla del Monte Hyjal, Sylvanas rápidamente se enteró de esta noticia por medio de Kel’Thuzad. A medida que pasaba el mes, los Señores del Terror ignoraban la derrota de su amo. Varimathras, Dethroc y Balnazzar, los tres señores del terror encargados de vigilar Lordaeron, conspiraban contra la ex general. Cuando la vigilante mirada de Arthas irrumpió en la fortaleza, recién llegado de su viaje de Kalimdor. Les hizo conocedores del fracaso de la legión y sus intenciones de tomar el control total de la Plaga. Los Señores del Terror huyeron, realmente indignados pero no estaba dispuestos a perder sus vidas haciendo frente al poderoso ejercito de Arthas. 

Arthas juntó a todo su ejercito, y ordenó que Lordaeron debía ser purgado de toda vida, como tributo a Ner’Zhul. Sin embargo, Kel’Thuzad le informó que los refugiados humanos habían comenzado a huir del las aldeas exteriores y que en caso de que escapasen a los puertos de montaña serían imposibles de rastrear. Arthas y sus dos generales se posicionaron en las tres posibles rutas de escape, junto con un pequeño grupo de soldados no-muertos. A pesar de los esfuerzos del Paladín Dagren el Mataorcos y sus compañeros, Sylvanas encaró a sus bashees contra los humanos refugiados de la zona, con ayuda de estas lograron finalmente destruir los pueblos que ofrecían resistencia. Sylvanas, Arthas y Kel’Thuzad llegaron a la base de operaciones de los paladines y acabaron con ellos en una feroz batalla, aniquilando el último rastro de presencia civil en Lordaeron. 

La forestal oscura

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A partir de este punto, el debilitado Ner’Thul comenzó a perder el control sobre las mentes de Sylvanas y un gran número de banshees. Descubriendo esto Sylvanas y ocultado el hecho a Arthas y Kel’Thuzad, ella les siguió sirviendo como si no ocurriese nada. Los señores del Terror, contactaron con Sylvanas y ellos le explicaron que sabían la causa, y arreglaron un encuentro en secreto con ella. Le explicaron, que los poderes de Ner’zhul y por extensión los de Arthas estaban empezando a debilitarse. Los Nathrezim pretendían usar esta oportunidad para conseguir el control total sobre Lordaeron. Sylvanas acordó ayudar, pero bajo la condición de que su ayuda seria ofrecida bajo sus propios términos.

Los Señores del Terror, tenían planeado matar a Arthas en la capital, pero Sylvanas creó también un plan de contingencia en caso de que Arthas decidiese darse a la fuga. Ella se las arregló para que sus banshees fingiesen lealtad hacia Arthas y acompañarlo a un lugar en el bosque, donde ella estaría esperando. Habiendo sobrevivido a la emboscada perpetrada por por los señores del terror, las leales hermanas de Sylvanas lo acompañaron hasta el lugar acordado y mataron a sus guardaespaldas.

Sylvanas que para aquel entonces había logrado usar sus habilidades necromanticas de banshee para reposeer su antiguo cuerpo sin vida. Sylvanas era entonces una no-muerta corporal. Desde las sombras, una flecha impacto en el cuerpo de Arthas, esta flecha contenía un poderoso veneno paralizante, hecho con todo el odio que Sylvanas pudo reunir. Arthas, furioso por la traición de Sylvanas le exijió una muerta rápida, cosa que la elfa no tenia en mente. Cuando estaba a punto de comenzar su espeluznante venganza, Kel’Thuzad apareció, asesinando a sus hermanas Banshees y haciendo huir a Sylvanas.

De vuelta su cuerpo físico se dio cuenta que el mundo natural no volvería a responder a sus deseos de nuevo. Molesta por esta situación, decidió utilizar el arte que se estaba volviendo para ella cada vez más natural: La nigromancia. Alterando sus enseñanzas de forestal elfo de una nueva forma. De esta forma nacieron los forestales oscuros.

La reina de los Renegados

Arthas fue a Rasganorte, después de haber sido convocado por el Rey Exánime y Kel’thuzad optó por esconderse. Sylvanas y sus hermanas fueron liberadas del yugo del Rey Exánime, pero Sylvanas todavía estaba turbada. Aunque libres de Ner’zhul ella y sus leales sirvientes mantuvieron su monstruosa apariencia.

Sus pensamientos fueron interrumpidos tan pronto como Varimathras llego a la escena. El Señor del Terror invitó a la Banshee a unirse a él y sus hermanas para instaurar un nuevo orden. Pero Sylvanas no estaba dispuesta a renunciar tan rápidamente a la liberta recién adquirida. Le dijo que ella había cumplido y exijió que la dejaran sola. Varimathras ominosamente advirtió que quienes no formarían parte de esta nueva tierra no tendrían un lugar en ella, y que seria aconsejable no hacer enfadar a los nuevos señores de la Plaga. Sylvanas no cambió de opinión. Sylvanas sabía que en cualquier momento atacarían, y ella solo contaba con algunos no-muertos y unas cuantas banshees. Necesitaba desesperadamente conseguir un ejercito.

Explorando las afueras, Sylvanas descubrió muchas criaturas que poder usar para sus fines, y con sus banshees, no tendrían más remedio que obedecerla. Envió a sus banshee para poseer a Mug’thol, líder de los ogros locales, al Bandido Lord Cuernonegro, al Gnoll Snarlmane y Señor del Charco Múrloc. Con tantos nuevos aliados, Varimathras fue rápidamente derrotado, nada más ser derrotado, este suplico por su vida, diciendo que él podría llegar a ser útil. Conocía muy bien las tácticas de sus hermanos, y donde se encontraban sus bases. Sylvanas sabia que confiar en una criatura tan insidiosa era un riesgo, pero sentía que podía utilizarle para sus propósitos. Con ayuda de Varimathras se enfrentaron contra Dethroc.

Dethroc había adquirido una marioneta humana, Lord Garithos y lo usaba a modo de escudo. Sylvanas había poseído a sus exploradores, consiguió infiltrase en su base al caer la noche, cuando todos estaban con la guardia baja. Mientras dormían, Sylvanas fue poco a poco tomando el control de las bases, asesinando a cualquiera que se interpusiese en su camino, llegando hasta el Señor del Terror y asesinandolo. Con el Señor del Terror muerto, Garithos fue liberado de su control mental. La Forestal Oscura lo vio arrogante e idiota, pero sabía que los podría utilizar para su propio bien. Le mintió y le aseguro que le cenderían el control de la Capital si le ayudaba a matar a Balnazzar.

El plan era que Garithos atacara desde la entrada trasera y Sylvanas y Varimathras desde el frente. Como se transladaron a la ciudad, Sylvanas encontró los escondites de los bienes depositados por la familia real de Lordaeron y los uso para promover el asalto. A pesar de las magias demoníacas usadas por su enemigo el Señor del Terror todas sus fuerzas fueron destruidas. Con Balnazzar atrapado, Sylvanas ordenó a su hermano, Varimathras, que acabara con él. Varimathras dudó, ya que un Señor del Terror tiene prohibido matar a otro, pero ante las amenazas de Sylvanas cedió, acabando con la vida de su hermano. No dudó tanto cuando también se le ordenó asesinar a Garithos.

Con todos sus enemigos eliminados, Sylvanas se proclamó como la líder de los Renegados. Nunca más seguirían al Azote o a la Legión, a partir de ahora eran libres de tomar su propio camino, y acabarían con todos los que se les interpusieran.

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El Lamento de los Altonatos

Gracias por el dato Zelrah 😉


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