Agonía de Sombras – Shadowmourne

Blizzard ha desvelado algo más de información sobre la historia del nuevo arma legendaria que vendrá en el Parche 3.3: Agonía de Sombras.

Antes del comienzo de su reinado como Rey Exánime, el príncipe Arthas Menethil era un sirviente controlado por una espada que él consideraba imprescindible para salvar a su pueblo: la hojarruna Agonía de Escarcha. Encontrar y conseguir la espada en los gélidos baldíos de Rasganorte fue toda una odisea por la que el príncipe pagó un alto precio: perdió a su mentor, la relación con sus súbditos y su humanidad. El precio que pagaron los seres vivos de Azeroth fue aún mayor.

Bien aferrado a la espada por la que había entregado su vida, Arthas causó estragos en el reino de Lordaeron y se liberó del control de la Legión Ardiente. Para cuando el joven príncipe se proclamó líder de la Plaga, la Agonía de Escarcha ya estaba colmada de las almas de quienes se habían atrevido a oponerse a él.

Ahora, Arthas se ha vuelto tan inseparable de su arma que la imagen de la espada se ha hecho un hueco incluso en la arquitectura de su fortaleza: la Ciudadela de la Corona de Hielo. Su empuñadura nunca está lejos de sus manos, sus fantasmales susurros resuenan constantemente en sus oídos. La Agonía de Escarcha tiene tanto control sobre Rasganorte como el Rey Exánime.

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Para retar a ese control, los poderosos héroes tendrán que seguir el camino de Arthas más de cerca que nunca.

En su incesante intento de armar a las tropas de los vivos contra la Plaga, Darion Mograine ha creado el Veredicto Cinéreo, una unión entre los artesanos más hábiles de la Cruzada Argenta y la Espada de Ébano. Aunque los inigualables paladines de la Cruzada blanden el poder de la Luz y su líder empuña la Crematoria, algunos de los oscuros guerreros de Mograine han empezado a cuestionar sus esperanzas de victoria.

Estos caballeros de la Muerte insisten en que la Crematoria y las habilidades de los Cruzados Argenta, aunque son potentes, no son suficientes para derrotar a la Agonía de Escarcha. Afirman que Darion Mograine conoce otra arma legendaria: una que podría ser la clave para derrotar al Rey Exánime y limpiar Rasganorte… pero que todavía no existe.

De momento, el arma es una idea sin forma que no cuenta con más poder para matar que un pensamiento furioso. Cuando se habla de ella, se habla en voz baja y el Alto Señor tiene la costumbre de hacer callar a quienes la mencionan en público.

Pero la esperanza de un artefacto capaz de competir con la Agonía de Escarcha es fuerte en las mentes de la Espada de Ébano. Su mero nombre inspira a los hornos para que ardan hasta bien entrada la noche, a los fuelles para que bombeen aire y a la mitad más oscura de los herreros del Veredicto para que blandan sus martillos hasta que les flaqueen los dedos. Mientras otros artesanos se inclinan sobre piedras de afilar y reúnen cientos de armas melladas, unos cuantos sueñan con un arma única para acabar con la guerra de Rasganorte.

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Agonía de Sombras… una gran hacha de dos manos digna de un gigante, nacida de poderes sagrados y corruptos, recipiente de mil almas muertas y capaz de ser blandida sólo por los más fieles armeros de Azeroth. Su creación parece casi imposible y, aún así, los rumores no cesan.

Algunos herreros declaran que la Agonía de Sombras no debe de ser más que un hacha ordinaria, afilada con perfección sin igual; mientras que otros le dan forma a partir de un arma de inmensa importancia para el mundo. Se dice que Mograine, cuando le convencen para que hable de ella, cree que sólo el martillo del propio Arthas sería un modelo digno… pero una ambición tan absurda no es más que el comienzo de la creación de la Agonía de Sombras.

  • Para contener las energías que danzan por sus fríos bordes, la Agonía de Sombras debe ser labrada con montones de saronita impura, sangre endurecida del antiguo dios Yogg-Saron, tratada sólo por maestros modeladores del metal.
  • Para alimentar su poder de matar, es vital que la Agonía de Sombras se empape con las almas de los sirvientes más poderosos de la Plaga al matarlos, uno a uno, con la hoja inacabada.
  • Para ayudar a atravesar la armadura del Rey Exánime, la Agonía de Sombras debe estar adornada con fragmentos del Trono Helado, originalmente creado por Kil’jaeden con hielo del Vacío Abisal.

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Se dice que sólo con estos poderosos componentes se puede acabar la Agonía de Sombras. Y, aún así, incluso si se puede completar el hacha, quedan las preguntas y los temores. ¿Acaso forjar las almas de los muertos para crear un arma tratada con sangre y la esencia del Vacío Abisal se diferencia de la creación de las hojarrunas de la Plaga? ¿Quién puede asegurar que el Rey Exánime no aniquilaría sin más, o controlaría, al creador por la imprudencia de imitar su más preciada posesión? Si Arthas, uno de los caballeros más dedicados de su era, perdió su humanidad ante los susurros de la Agonía de Escarcha, ¿es posible que la Agonía de Sombras traiga la misma perdición y miseria para los vivos?

Sin conocer las respuestas a estas preguntas, ¿quién será suficientemente valiente para atreverse a blandirla?


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