El Anciano chamán Ner’zhul fue el Jefe de Guerra de Draenor, de los clanes que quedaron sin capturar tras la destrucción del Portal Oscuro en Azeroth. Fue engañado ha realizar un pacto de sangre con Kil’jaeden el Falsario; el que introdujo a los Orcos en la Legión Ardiente. Tras la Segunda Guerra, el abrió muchos portales en Draenor en un intento de encontrar nuevas tierras para escapar a ellas y conquistarlas, pero fue inmediatamente capturado por Kil’jaeden. Su forma mortal fue destruida y su espíritu se transformó en el espectral Rey Exánime, el cual fue encerrado en el místico hielo del Trono Helado en el glaciar de Corona de Hielo en el distante Rasganorte.
El ascenso de la Horda: Ner’zhul era el jefe y el chamán mas anciano del clan Sombraluna y uno de las figuras mas populares de la sociedad Orca. El era admirado, respetado y venerado por todos dada su profunda conexión con los espíritus, y era lo mas parecido a un líder que tuvieron los Orcos antes de la creación de la Horda. Pero, en la profundidad de su ser, Ner’zhul anhelaba un poder que no tenía… Un día, Ner’zhul contacto con el espíritu de su compañera, Rulkan, la que le alertó sobre la amenaza de los Draeneis, quienes (según le dijo) conspiraban para destruir a los Orcos. Muchas lunas después, ella le presentó a Kil’jaeden, “El Único”, quien empezó a instruirlo en los caminos de la brujería y en la traición a los Draeneis. Aunque Ner’zhul estaba eufórico ante la perspectiva de salvar a su gente (y finalmente ser reconocido como el se merecía), se encontraba desconcertado por que los ancestros ya no le hablaban y se mostraban muy distantes.
Ner’zhul consiguió unir al resto de clanes para comenzar a atacar los asentamientos Draeneis, supuestamente por orden de los ancestros, pero, cuanto mas veía a los Draeneis mas desconcertado se encontraba; aparte de los cuernos, ropas y tono de piel, Kil’jaeden guardaba una gran similitud con los Draeneis y este poseía un odio hacia Velen (líder de los Draeneis desde hace mas de 25000 años, gran amigo en su día del propio Kil’jaeden) impropio de un ser “divino” como el. Buscando respuestas, el intentó entrar en comunión con los ancestros en Oshu’gun, la “Montaña de los Espíritus”. Quedó horrorizado cuando los ancestros lo recibieron como a un monstruo, y la “real” Rulkan le reveló la verdad: Kil’jaeden le había estado mintiendo todo este tiempo.
Ner’zhul decidió desafiar a tu maestro demoniaco, pero Gul’dan, su aprendiz, que le siguió hasta este momento y, agradecido por su actual nuevo poder, informó a Kil’jaeden de la traición del chamán. Kil’jaeden, lo premió por su gran servicio, elevando a Gul’dan al puesto de Ner’zhul, y este fue relegado a una posición meramente decorativa, despojado de sus poderes. Kil’jaeden obligó a Ner’zhul a ayudarle a que los orcos cayeran en un ansia de sangre y en la brujería. El no pudo evitar el ascenso del Consejo de la Sombra, conocedor de todos sus secretos pero incapaz de revelarlos.
Pero Gul’dan fue muy descuidado. Pensando que Ner’zhul carecía de todo poder, el permitió que su antiguo maestro acceder a todos los documentos que poseía el Consejo de la Sombra, y así es como descubrió que Kil’jaeden planeaba alimentar a los Orcos con la Sangre de Mannoroth (pacto que vincularía a la Horda con la Legión para toda su existencia). Pero, con la escasa reputación que mantenía ya, ningún jefe le escuchó, salvo uno.
Como resultado del aviso de Ner’zhul, Durotan, jefe del clan Lobo Gélido (padre de Thrall) rechazó que su clan bebiese la sangre de Mannoroth y lo salvó de la peor de las corrupciones. Durotan y su compañera Draka, fueron los únicos que conocieron las acciones de Ner’zhul –un secreto que murió con ellos años mas tarde. Hoy en día, nadie sabe que uno de los mayores enemigos de Azeroth salvó a los Orcos de una aniquilación completa.
Mas allá del Portal Oscuro: Tras la derrota de la Horda en la Segunda Guerra, la Alianza presionó a la Horda a retirarse a las Tierras Devastadas, finalmente destruyendo el portal. En Draenor Ner’zhul fue alcanzado por la onda expansiva y terminó gravemente herido. Durante dos años la los clanes lucharon entre ellos hasta que Teron Sanguino (acólito de Gul’dan y gran nigromante, el primer caballero de la muerte creado por las magias oscuras para combatir a los poderosos magos Humanos) ideó un plan para abrir muchos portales a distintos mundos para así conquistarlos por la Horda. Teron pidió a Ner’zhul que fuera el líder de la Horda de nuevo. Ner’zhul recuperado, aisló a su clan en el Valle Sombraluna, donde tuvo visiones de muerte (principalmente sobre su destino futuro). Pintó en su cara una calavera blanca. Cuando Sanguino pasó a ser un No-Muerto, se presentó ante el, Ner’zhul, el cual no se sorprendió, y tras persuadirlo accedió a llevar a cabo el plan de abrir muchos portales. Con el fin de cumplir el plan buscó varios artefactos de Azeroth: la Calavera de Gul’dan, el Libro de Medivh, el Cetro enjoyado de Sargeras, y el Ojo de Dalaran, un dispositivo creado por los magos humanos de Dalaran para enfocar la magia en conjunto de todos para recostruir la Ciudadela Violeta despues de la Segunda Guerra.
El primer objeto que adquirió, la Calavera de Gul’dan, pronto comenzó a influenciar al viejo chamán. Su rebelde aprendiz le hablaba mediante sus restos. Ner’zhul se preocupó mas del futuro de su propio poder que del de la Horda.
Tras conseguir el resto de objetos, intentó abrir los portales en Draenor. Sintiendo el flujo de poder que le llegó tras adueñarse de los poderes mágicos de Draenor, Ner’zhul terminó por no preocuparse nada por el bienestar de la Horda, y sólo pensaba en el aprovechamiento de sus nuevos poderes. En su arrogancia, ordenó a sus seguidores ir tras los portales, dejando atrás a la Horda. Obris (jefe del clan Calavera Jocosa, miembro de muy alto nivel dentro de la Horda), uno de sus servidores, protesto la decisión de Ner’zhul de abandonar al resto de la Horda. En respuesta, Ner’zhul le atacó; sin apenas sopesarlo. Inundado de un poder que el jamás pudo soñar, la codicia le sobrepasó, y todo vestigio de honor y altruismo que le quedaban se desvanecieron cuando el y sus seguidores atravesaron el portal, abandonando al resto de la Horda Orca a su propio destinto. Las tremendas energías de la magia que creó destruyeron el mundo cuando Ner’zhul huyó, dando lugar al devastado reino de Terrallende.
El nacimiento del Rey Exánime: En cuanto entraron en el portal, Ner’zhul y sus seguidores fueron apresados inmediatamente por Kil’jaeden. Todos murieron salvo el viejo chamán, del cual se mantuvo a salvo su espíritu. Accediendo a estar al servicio del demonio una vez mas, Ner’zhul fue llevado al Trono Helado. Su percepción, poderes mentales, y habilidades mágicas se expandieron de una manera enorme. El Rey Exánime había nacido. Como Rey Exánime, Ner’zhul gobernaría a La Plaga solo hasta que llegó Arthas Menethil, quien mas tarde consumiría su espíritu y se convertiría en el Rey Exánime.
Recordemos la escena final de Warcraft III: The Frozen Throne, en la Ascención, como Arthas tras luchar y conseguir la Agonia de Escarcha (Frostmourne), libera el alma de Ner’Zhul, estos baten una lucha interior en la que «gana» Arthas, convirtiendose en este en el actual Rey Exánime.
Continuará…